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sábado, 13 de noviembre de 2010

UNIVERSIDAD Y HOMBRE CULTO por Marco Ornelas

¿Un pueblo culto o un pueblo inculto? Esa es la cuestión. Es una verdad de perogrullo, afirmar que la ciencia, el conocimiento y la investigación académica nos han librado a lo largo de las edades históricas, de la superstición, de la cerrazón, de los dogmas y por supuesto de los tabúes. Es verdad también, que la misma ciencia no ha sido la panacea que le ha devuelto el paraíso perdido al hombre. Constituiría un pensamiento mendaz, afirmar: que sólo en la Universidad se produce la ciencia y el conocimiento, pero sino es la totalidad, si se puede ratificar que es la gran parte. Es decir, sin Universidades, los pueblos vivirían en un perpetuo oscurantismo. Profiere el evangelista: “conozcan la verdad y la verdad los hará libres” ¿Empecemos por describir de dónde emanó lo que hoy llamamos Universidad y cuál era su teleología? La Universidad como institución educativa fue creada en la edad media. En aquellos tiempos, esta institución lanzaba sus flechas al blanco de enseñar sólo “Cultura General”, es decir, enseñaba: teología, filosofía y artes. En síntesis, lo que divulgaban aquellas Universidades primigenias, era el conjunto de ideas sobre el mundo y la humanidad que se poseía en aquel entonces. Su finalidad esencial era enseñar a vivir a los hombres su contemporaneidad. La primeras Universidades nacieron en los monasterios. Los monjes en el medioevo, eran quienes detentaban las bibliotecas y por lo tanto el conocimiento. De lo anterior, podemos concluir que la Universidad como institución de enseñanza educativa, brotó en la edad media, específicamente en los monasterios, y su finalidad primordial era trasmitir la “Cultura General”; transformar al hombre común, en hombre culto. De aquel medioevo a la actualidad hoy, posmodernidad, o como últimamente calificó a nuestra edad histórica Lipovetsky, de hipermodernidad; existe una gran brecha generacional de transformaciones y reelaboraciones de la Universidad. Aún con todos los cambios y reestructuraciones que ha sufrido esta institución educativa de enseñanza superior, los estudiosos de este fenómeno han considerado y siguen considerando que el objetivo máxime de la Universidad sin cuestionamiento, reside en formar al hombre culto. Según Don José Ortega y Gasset, quien fuera honorable maestro de la Universidad Complutense de Madrid, además de filósofo y hombre letrado; consideró, que las funciones esenciales de la Universidad eran: trasmitir la cultura, enseñar las diversas profesiones y la investigación científica. En resumen, la Universidad forma al futuro profesionista o investigador, pero ante todo, da a luz al hombre culto. De acuerdo a las observaciones de este eminente maestro español, en aquella época cuestionó: “El carácter catastrófico de la situación europea se debe a que el inglés medio, el francés medio, el alemán medio o el español medio, son “incultos”, no poseen el sistema vital de ideas sobre el mundo y el hombre correspondientes a su tiempo. Ese personaje medio es el nuevo bárbaro, retrasado con respecto a su época, arcaico y primitivo en comparación con la terrible actualidad de sus problemas. Este nuevo bárbaro es principalmente el profesional, más sabio que nunca, pero más inculto también – el ingeniero, el médico, el abogado y el científico” Por lo anterior, podemos sacar de conclusión que la especialización por la especialización, equivale a la ciencia por la ciencia, y la ciencia, así como la especialización, deben estar en beneficio del hombre. La especialización sin duda es importante, pero si quien la detenta es el nuevo sabio bárbaro, la secuela profética como podemos vislumbrar fue: la bomba atómica, los campos de concentración nazis y rusos, la despiadada economía neoliberal, y quizá en un futuro, la clonación de humanos: hombres elaborados en serie. La especialización se debe aplicar siempre en pro del hombre, nunca en su contra, o que es lo mismo por si misma. Pero como podemos ratificar, no ha pasado así, la especialización del profesionista ha sido al revés, pero ¿por qué? Porque no es el hombre culto quien ha detentado la especialización y el conocimiento, sino lo ha retenido el sabio bárbaro. Y si esta línea universitaria de sólo crear al nuevo sabio bárbaro, no fue lo que esperábamos, volvamos a la teleología esencial con que fue construida la Universidad; formemos al hombre culto, y que todos sus conocimientos sean aplicados en pro de la comunidad humana. Hombre culto es aquel que vive en contemporaneidad con su tiempo, aquel que conoce su historia local y la historia universal, además de poseer las ideas actuales de política, economía, religión, ciencia, filosofía y por supuesto también de las artes. Comentarios: http://elmitodeproteo.blogspot.com/, http://www.marcoornelas.com/
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